Polinotas


El plan B by torrijos
octubre 30, 2012, 1:38 pm
Filed under: Ciencia Política y Gobierno, Relaciones Internacionales

Martes, 30 de octubre del 2012 – Columna 383 – 436 palabras.

PLANETARIO

El Plan B

VICENTE TORRIJOS R.

Las Farc tienen un Plan A. Consiste en lograr que el Gobierno les legalice las tierras, las minas y los cultivos de coca. Que les conceda impunidad absoluta para no pisar la cárcel. Y que les deje intactos los derechos políticos para instalarse cómodamente en el poder. Poder real, para tomar decisiones como refundar las Fuerzas Militares o incorporar a Colombia en la Alianza Bolivariana.

Todo eso, negociando, ojalá desde ahora, un cese bilateral del fuego porque, paralizada, la Fuerza Pública no podrá impedir su proselitismo armado con el que afianzarán el control en los territorios sensibles donde se ya se han apropiado de la tierra, las minas y la coca.

Proselitismo armado que, como su nombre lo indica, implica no entregar las armas, ni renunciar a la violencia, ni disolverse como organización político-militar que opera en red a escala continental.

En conclusión, un impecable planeamiento estratégico que las llevaría a convertirse en un ‘Estado dentro del Estado’ y en transición acelerada hacia el Socialismo del Siglo XXI.

O sea, un verdadero ‘proyecto viral’ que, ya incrustado en el poder, bloquearía el aparato inmunológico del Estado y se propagaría aceleradamente hasta controlarlo por completo pero desde adentro y ya no desde afuera librando esa guerra prolongada que de lo mismo prolongada ha resultado estéril.

Pero también tienen un Plan B. Y lo tienen porque saben que su proyecto viral y la agenda paralela podrían estrellarse con una ciudadanía que no traga entero, es decir, víctimas, partidos políticos, movimientos populares y hasta el propio Gobierno que a pesar de anhelar un Acuerdo Final a toda costa, no podría hacerse el de la vista gorda ante la evidencia empírica.

Ese Plan B, esbozado por Timochenko el mismo 18 de octubre tras el primer round en Oslo, pasó relativamente desapercibido en los medios y se basa en lo mismo que el primero, esto es, en lograr cuanto antes un cese el fuego pero destinado a firmar un «tratado de regularización de la guerra».

Tratado que sólo puede serlo, como es obvio, si se firma entre dos gobiernos ( el central y el ‘revolucionario en el exilio’ ), que buscaría regularizar la «guerra civil» en Colombia y que, sumado al ya mencionado cese el fuego, paralizaría por completo a las Fuerzas Armadas definidas de antemano como crueles y desalmadas violadoras de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario.

En pocas palabras, la negociación que ahora se emprende no habrá pasado en vano. Y conservando intacta su identidad, estructura y condición, las Farc habrán obtenido en pocos meses una ventaja estratégica que jamás hubieran obtenido por fuera de la mesa.



¿Gobierno rehén? by torrijos
octubre 23, 2012, 1:37 pm
Filed under: Ciencia Política y Gobierno, Relaciones Internacionales

Martes, 23 de octubre del 2012 – Columna 382 – 429 palabras.

PLANETARIO

¿ Gobierno rehén ?

VICENTE TORRIJOS R.

Hay en el proceso de negociación entre el Gobierno y las Farc una agenda temática que corresponde al Acuerdo General que se firmó como punto culminante de la Primera Fase del proceso.

Esa agenda es una versión resumida de aquella por La Nueva Colombia suscrita en el Caguán y ha sido concebida por el Gobierno como una auténtica hoja de ruta que, si no se respeta a pie juntillas, puede llevar el proceso a la debacle.

También hay otra agenda, la procedimental, enfocada en los aspectos logísticos, la mecánica del diálogo, los protocolos de difusión de la información y las pautas de refrendación, implementación y verificación de aquellos acuerdos que seguramente firmarán las Farc en su afán por obtener, ostentar y detentar poder.

Pero hay una tercera agenda, hasta hace poco oculta, no formal, no escrita, exclusiva de las Farc y que ha venido aflorando en las últimas semanas gracias al derroche de entrevistas de cada cabecilla y a las declaraciones inaugurales de Oslo, el jueves pasado.

Se trata de la agenda paralela de la organización ilegal, es decir, su agenda medular, la de los temas hipersensibles y de alto valor estratégico en la que, dosificada y mediáticamente, han ido apareciendo sus más íntimos y preciados intereses.

Esa agenda paralela contempla, primero, que el proceso «no debe medirse fatalmente en el tiempo», o sea, que si es necesario dilatarlo más allá de doce meses habrá que hacerlo, pero negociando cuanto antes un acuerdo humanitario especial conducente al cese el fuego bilateral para neutralizar a la Fuerza Pública e impedirle que siga persiguiendo a la insurgencia.

Segundo, que el tema del secuestro debe evitarse pues ellas, las Farc, no tienen a ningún secuestrado en su poder ; que, además, no es viable hablar de «entregar las armas» sino de «dejar de usarlas» y que los militares deben estar presentes en La Habana para iniciar cuanto antes la reingeniería de las Fuerzas a fin de convertirlas en un verdadero Ejército Popular.

Y tercero, que es necesario reversar los TLC, eliminar el modelo neoliberal, «desenmascar a ese asesino llamado mercado» y refundar el Estado para diluir la propiedad privada en el Socialismo del Siglo XXI.

En resumen, una carga de profundidad con la que no contaba el Gobierno. Una agenda con la que no será fácil lidiar y que solo podría ser modulada por el presidente Hugo Chávez pues no hay nadie más interesado que él en que los acuerdos cristalicen y Colombia pase a ser, más temprano que tarde, la pieza que falta en su rompecabezas llamado Alianza Bolivariana para las Américas.



El enganche by torrijos
octubre 16, 2012, 1:36 pm
Filed under: Ciencia Política y Gobierno, Relaciones Internacionales

Martes, 16 de octubre del 2012 – Columna 381 – 446 palabras.

PLANETARIO

El enganche

VICENTE TORRIJOS R.

El Ministerio de Educación ha dado a conocer su estudio sobre la condición laboral de los universitarios.

Es interesante apreciar que el 81 por ciento de los recién egresados ha conseguido un trabajo antes de seis meses. También es muy diciente que el 50 por ciento de ellos haya logrado un contrato a término indefinido. Y que quienes obtienen mejores salarios sean aquellos egresados de la universidades acreditadas por su elevada calidad académica.

En esa lógica, también resulta natural que la educación continua sea rentable pues quienes han cursado un doctorado perciben mejores ingresos que quienes tiene maestría y éstos se ven mejor remunerados que los especialistas, profesionales y tecnólogos.

Pero, claro, los hallazgos no diluyen sino incrementan, más bien, los interrogantes de fondo sobre el enfoque que se le está dando a la educación en Colombia.

Por eso no basta con preguntarse por qué los egresados hombres ganan un 15 por ciento más que las mujeres ; si está bien o no que un doctorado gane en promedio 5 millones ; si a un bachiller le bastan los casi 700 mil pesos que recibe y si estudiar ingeniería de petróleos, electromecánica o geología es garantía de alta remuneración tan solo porque los pocos ingenieros enganchados en ese sector son quienes más altos ingresos registran.

En resumen, tal vez lo realmente importante esté en qué flexibilidad tiene el país para acoger en sus reformas las demandas de los miles de estudiantes que se lanzaron al paro nacional durante el pasado fin de semana, qué valor agregado tiene un bachiller, y qué grado de integración real existe entre las empresas y los colegios, institutos y universidades en la formación de esos estudiantes que siguen prefiriendo las ciencias económicas y administrativas a las matemáticas o las ciencias naturales.

En otras palabras, ¿ qué relación es la que existe entre modelo educativo nacional, competitividad y «postconflicto» ?

Porque si, para no ir muy lejos, las Farc son las responsables del 40 por ciento del despojo de tierras en este país y so pretexto de las negociaciones en La Habana pretenden legitimar semejante condición, ¿ de qué van a servir las becas-crédito especiales que ha anunciado la Ministra para fomentar la formación de jóvenes en el sector agrícola ?

¿ Tan solo para que todos esos jóvenes terminen poniéndose al servicio de quienes se han adueñado de la tierra mediante la violencia, el terror y la intimidación ? ¿ O, como sería deseable en una auténtica democracia -es decir, aquella que no negocia sus principios-, para fomentar la libre empresa, el libre comercio y la competitividad internacional mediante la innovación, la creatividad y el desarrollo de nuevos mercados ?



Golpe de Estado by torrijos
octubre 9, 2012, 1:35 pm
Filed under: Ciencia Política y Gobierno, Relaciones Internacionales

Martes, 9 de octubre del 2012 – Columna 380 – 412 palabras.

PLANETARIO

Golpe de Estado

VICENTE TORRIJOS R.

Todos los intentos por sacrificar y remover al vicepresidente Garzón han fracasado hasta ahora.

Desde que él empezó a adoptar una refrescante posición crítica e independiente en medio de la obsecuencia que caracteriza al gobierno del unanimismo nacional, se convirtió en blanco de ciertos sectores del Congreso visceralmente ávidos de reemplazarlo para satisfacer sus insaciables apetitos de dominación y control.

Amantes de las fábulas -en las que se inspira su conducta política-, aquellos sectores quisieron «matar varios pájaros con el mismo tiro» y cuando Garzón enfermó, trataron de desplazarlo ; cuando se recuperó dando muestras de milagrosa lucidez, lo hicieron aparecer como marioneta que bajo el efecto de barbitúricos cumplía el encargo de terceros ; y ahora, cuando el presidente Santos tiene cáncer, vuelven a encontrar un pretexto para someterlo al escarnio.

Está claro que la salud de los gobernantes es un asunto público y que todos los esfuerzos juiciosos y transparentes por garantizar que ellos están en capacidad de desempeñar sus funciones siempre han de ser bienvenidos en cualquier democracia genuina, precisamente como parte de la insoslayable rendición de cuentas.

Pero en este caso el país asiste a un ejercicio de oportunismo político destinado a deshacerse a toda costa de un Vicepresidente que ha resultado claramente incómodo para aquellos propósitos absolutistas a los que tanto irrita la disidencia, la oposición o el realismo crítico.

Por supuesto, al unanimismo no le bastan los partes médicos de los diferentes especialistas que atienden a Garzón, ni las evidencias que hallaron en las pérfidas visitas que le practicaron para escudriñar su modo de vida, ni la impactante claridad con la que él está escribiendo sus Cartas a la Ciudadanía.

Lo único que al absolutismo le preocupa es tramitar en una noche, ojalá esta misma noche, y a despecho de 9 millones de votos, la destitución del Vicepresidente, la eliminación de la Vicepresidencia misma y el regreso a la troglodita y antidemocrática figura del designado, aquella que se basa no en la voluntad popular sino en el designio divino, genético, dinástico o clientelista.

Por eso las centrales de trabajadores se levantan contra este atentado a la democracia y hasta el presidente del Partido Liberal -quién lo creyera-, denuncia la intentona de golpe de Estado con la que se nos quiere devolver a los tiempos de las cavernas, los mismos a los que se puede llegar de un momento a otro mediante la negociación con terroristas convertidos por obra y gracia del crimen en refundadores del Estado.



La agenda dura by torrijos
octubre 2, 2012, 1:34 pm
Filed under: Ciencia Política y Gobierno, Relaciones Internacionales

Martes, 2 de octubre del 2012 – Columna 379 – 458 palabras.

PLANETARIO

La agenda dura

VICENTE TORRIJOS R.

El texto que firmaron el Gobierno y las Farc en La Habana para cerrar la primera fase de la negociación es, en realidad, un catálogo suave frente a las verdaderas cargas de profundidad que la propia organización armada se ha encargado de dosificar mediáticamente con suficiente astucia durante las últimas semanas como preludio del ritual inaugural de Oslo.

Y como este no es un juego de póker ni se trata de la venta de un lote de ganado, no basta con admitir aquello de que en toda negociación las partes plantean al inicio aspiraciones muy altas para luego ir acomodándose a lo largo del diálogo.

Y no basta con eso porque en esta ocasión las Farc ya no cometerán los errores del pasado y tratarán de congeniar al máximo con el Gobierno para llegar a un ‘acuerdo express’ y lograr así su objetivo de enquistarse en el poder para luego expandir su revolución, desde adentro, descomponiendo progresivamente el sistema inmunológico del Estado.

Pero, claro, semejante maniobra solo podrá materializarse si ellas consiguen imponer desde ahora unos criterios suficientemente claros sobre los que luego puedan canalizar sus recursos y orientar el proceso.

Tales criterios, que son la verdadera agenda de las Farc, o agenda dura, comienzan con sembrar la necesidad de un cese el fuego pero no unilateral, obviamente, sino bilateral, de tal manera que amparándose en un acuerdo humanitario ( no verificable ) lograrían someter a las Fuerzas Armadas a la inmovilidad absoluta.

Luego aparece la negación del secuestro y de los secuestrados sembrando así la sensación de que son una agrupación políticamente responsable frente al orden humanitario internacional identificándose ya no como victimarios sino como víctimas de un Estado opresor y, en consecuencia, sin ningún compromiso en materia de reparación material o no repetición.

En ese sentido, ¿ qué tipo de justicia podría aplicárseles a semejantes mártires que han logrado sobrevivir al genocidio sino una transicional que, alejada de todo síntoma de extradición o encarcelamiento, les concediera, mediante subrogados penales, la libertad y la participación en el poder que el Fascismo criollo les ha negado a lo largo de cincuenta años ?

En definitiva, la agenda dura exigirá también la reingeniería absoluta de las Fuerzas Militares para ajustarlas a las nuevas realidades de tal manera que sean ellas las que se disuelvan, y no las Farc.

Unas Farc que, en esa perspectiva, no tendrían por qué «entregar las armas» sino solo «dejar de usarlas» pues pasarían a hacer parte de una Fuerza Pública renovada mediante la cual conseguirían, no en años, sino en meses, aquello que tanto les apasiona últimamente : convertirse en un Estado dentro del Estado.