Polinotas


Se quedó con el bolígrafo by charlottedebeauvoir
May 9, 2008, 12:19 pm
Filed under: En la actualidad

Una pregunta esta de moda entre unos de los hyperpresidentes del mundo: ¿Cómo quedarme en el poder sin violar la Constitución de mi país, que no permite la doble reelección del presidente?

A esta pregunta, Vladimir Putin encontró una respuesta. Se hizo nombrar por el parlamento ruso al puesto de Primer Ministro de Rusia. La votación pasó sin sorpresa, el pasado 8 de mayo; Putin era el único candidato. El ex-presidente, ahora jefe del gobierno, “tendrá un papel muy importante”, como lo confeso su delfín, títere y sucesor en la presidencia de Rusia, Dimitri Medvedev. “Nuestra colaboración se reforzará”, añadió.

Lo que, al parecer, se olvidaron, es que la misma Constitución le da claramente el poder al jefe del Estado, y no del gobierno. El presidente es el que determina la política exterior, que manda en los ministerios del ejercito y del interior, que nombra gobernadores y el presidente de la corte constitucional y, last but not least, puede destituir al primer ministro y la cámara.

Antes de dejar la presidencia, Putin ya operó a un traslado progresivo de los poderes presidenciales hacia el gobierno. El firmó dos decretos que pusieron las autoridades regionales debajo del mando del gobierno. De ahora en adelante, es el gobierno – y su jefe, el primer ministro – y no el presidente, quien se encargará de supervisar y evaluar los gobernadores y los alcaldes.

Se prevé entonces que, poco a poco, se desbaratará la Constitución para atribuir siempre más poderes al Primer Ministro, el presidente quedándose, al fin, como la Reina de Inglaterra. Todos saben quien mandará en el tandem a la cabeza de Rusia. Hasta los mismos rusos, usualmente poco clarividentes al respecto de su política interior, no lo dudan. Según una encuesta de opinión, el 60% de los rusos piensan que el primer ministro será el que controlará al presidente…

El día de la entrega de poderes, Vladimir Putin si le paso a Dimitri Medvedev “la ficha presidencial”, una medalla, encarnación del poder, que representa el águila bicéfala y la cruz ortodoxa. Pero ese día, se quedo con el bolígrafo, que había recibido de su predecesor, Boris Eltsine, en 2000. Es con éste bolí que se firman los documentos importantes en Rusia.

Charlotte de Beauvoir