Polinotas


8 frentes de batalla (2a. Parte) by torrijos
enero 15, 2013, 12:03 pm
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Martes, 15 de enero del 2013 – Columna 393 – 422 palabras.

PLANETARIO

8 frentes de batalla ( 2a. Parte )

VICENTE TORRIJOS R.

Son por lo menos ocho los escenarios críticos en que el gobierno Santos deberá desenvolverse a lo largo del 2013. En la columna anterior se plantearon cuatro. Ahora se desarrollan los restantes.

Quinto, la posibilidad, cada vez más próxima, de que Primero Colombia, o como quiera llamarse la verdadera fuerza de oposición prosistémica, termine controlando la dinámica parlamentaria mediante una lista que cuente con la presencia del propio expresidente Uribe.

Justo cuando Santos requerirá con urgencia de un Congreso tan prosternado como el de hoy para que su negociación con las Farc le dé alguna posibilidad de resultar reelegido, tendría que enfrentarse a una poderosa muralla dispuesta a impedir la impunidad y a proteger el interés nacional frente al proselitismo armado y el injerencismo bolivariano.

Sexto, el complejo contexto regional resultante de la desaparición de Chávez, lo que obligará a Santos a inclinarse ya sea ante Maduro o ante Cabello para garantizar – ¡ tremenda paradoja ! – que las Farc sigan gozando del apoyo del régimen bolivariano para negociar acuerdos express con suficiente respaldo y expectativa de sostenibilidad.

Séptimo, precisamente, la sostenibilidad de esos acuerdos que las Farc están tan deseosas de firmar por cuanto ya instaladas en el poder nacional y ejerciendo un proselitismo armado que les garantice la expansión dosificada de su influencia regional y local, ellas buscarán insertar a Colombia en el modelo de política exterior propio de la Alianza Bolivariana, un modelo al que ya está muy próximo el país por causa de la frivolidad imperante en la Cancillería.

Octavo, justamente, lo que esa frivolidad significa, ya que es debido a ella como se podrían perder los recursos de los 80 mil kilómetros del Caribe que -si se aplicara a ciegas el fallo de La Haya-, terminarán en manos de los sandinistas, socios principales de la Alianza Bolivariana y activistas incondicionales de las Farc y el Eln -si es que en la reunión que sostuvieron Santos y Ortega, en México, no se concertó ya alguna fórmula que la diplomacia secreta nos impide conocer por el momento-.

En resumen, ocho escenarios críticos que pondrán a prueba no sólo la probidad del Gobierno para ser superior a sus ambiciones personales, a la compulsión por concentrar o retener el poder y a la obsesión pragmática por firmar acuerdos a cualquier precio con los terroristas, sino la integridad de los partidos para superar los encantos coyunturales con que los haya podido anestesiar la Unidad Nacional, y volver, más bien, a las lides electorales con las que se fortalezca la democracia amenazada.



8 frentes de batalla (1a. Parte) by torrijos
enero 8, 2013, 12:01 pm
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Martes, 8 de enero del 2013 – Columna 392 – 386 palabras.

PLANETARIO

8 frentes de batalla ( 1a. Parte )

VICENTE TORRIJOS R.

Son por lo menos ocho los escenarios críticos en que el gobierno Santos deberá desenvolverse a lo largo del 2013. En esta columna se plantearán cuatro. En la siguiente, se desarrollarán los restantes.

Primero, el de su modelo de unidad nacional, cada día más frágil y desgastado, sobre todo porque la unanimidad en que se basa tenderá a agotarse a medida que se acerquen las contiendas electorales y tanto Cambio Radical como conservadores y liberales se planteen si vale la pena seguir subordinados a un liderazgo tan inconsistente como impopular.

Segundo, el propio afán reeleccionista del Presidente que, en todo caso, estará supeditado a un clima de opinión tan marcadamente adverso que ni siquiera podrá revitalizarse con los acuerdos que, ineluctablemente, firmará con las Farc entre bombos y platillos.

Reflexivamente, los ciudadanos están tan seguros de la trampa que la guerrilla le ha tendido al Gobierno para enquistarse de una buena vez en el Estado, que tomarán distancia del proceso y lejos de premiar al dirigente lo señalarán como favorecedor y complaciente con la subversión.

¿ Realmente cree el Presidente que con «vueltas a Colombia» inaugurando obras públicas, prometiendo casas regaladas a marginados y excluidos -que las reciben, claro, pero al mismo tiempo ven su identidad completamente mancillada-, cambiando cada seis meses a unos cuantos ministros opacos, y rebajando por un tiempo los pasajes de Satena para que los sanandresanos se olviden del fallo de La Haya, logrará modificar las encuestas en que los colombianos expresan reiteradamente su rechazo a reelegirlo ?

Tercero, las relaciones y el respeto hacia una oposición que si hoy día está palideciente en Colombia no es exactamente por la falta del mítico Estatuto sino por su propia fragmentación y obsecuencia con el modelo unitario implantado por la Presidencia, a tal punto que la verdadera oposición ya no es la izquierda sino el expresidente Uribe, mucho más popular que el propio Jefe del Estado ( algo que, seguramente, quita el sueño en el Palacio de Nariño ).

Cuarto, el enigma del Vicepresidente y de la Vicepresidencia pues no es descartable que Garzón, también él mucho más aceptado entre la población que el propio Jefe del Estado, convierta su victoria de preservar viva la figura constitucional en una genuina plataforma electoral que ponga en aprietos al apetito continuista del santismo.

( Continuará ).



Fedegán es Colombia! by torrijos
diciembre 25, 2012, 10:20 am
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Martes, 25 de diciembre del 2012 – Columna 391 – 464 palabras.

PLANETARIO

Fedegán es Colombia !

VICENTE TORRIJOS R.

La actitud valiente y altiva de Fedegán refleja el sentimiento más fuerte y puro de los colombianos : no entregarles el país a sus verdugos legitimando la negociación en Cuba con torres de Babel que sólo servirán después para afirmar que lo pactado ( en secreto ) «no se hizo a espaldas del pueblo».

Por supuesto, el íntimo sentimiento absolutista de diversos sectores sale a flote tildando a la Federación de «irracional», «palo en la rueda» y «enemiga de la paz». Pero salta a la vista que si a algo se opone Fedegán es a lo que se opone ( casi ) todo el país : a una «paz» con trampas.

En ese sentido, el gremio no está en contra del presidente Santos. Por el contrario, lo que busca es protegerlo y ayudarlo a que abra bien los ojos y perciba bien la realidad.

Para decirlo de otro modo, lo que nadie entiende es por qué se negocia el futuro del campo y de Colombia con los terroristas que han sometido al país a la desgracia : ¿ acaso por miedo, por culpa, por ambiciones políticas personales, o por todas las anteriores ?

En tal sentido, y ya que se van a poner de moda los foros en cada capítulo de la negociación, sería estupendo organizar un Foro Permanente, una gran Mesa Paralela de Diálogo Nacional.

Mesa Paralela a ésa que está funcionando en la isla de la familia Castro y que reuna a todos los sectores genuinamente democráticos para debatir sobre la verdadera realidad del campo, los despojos de tierra, el testaferrato genético, ideológico y forzoso, los secuestrados, el control ilegal de la minería, la extranjerización de la tierra pagada con petrodólares bolivarianos, el control de los cultivos de coca y de las redes criminales transnacionales ( empezando por las simpatías activas de un régimen como el sandinista, ansioso por ver el momento en que Santos corra a firmar el acuerdo que les entregue nuestras riquezas del Caribe ).

En pocas palabras, una robusta Mesa Paralela sobre el futuro libre, democrático y solidario de Colombia, cuyas iniciativas nutriesen la labor del Congreso, o de una nueva Asamblea Constituyente.

Constituyente limpia y también libre que le devolviera la dignidad a la nación impidiendo así que los terroristas, el castrismo, el sandinismo y el chavismo se conviertan en los refundadores del Estado y en los garantes del cada vez más desesperado afán de Santos por ser reelegido.

En definitiva, una gran Mesa de Diálogo Nacional sin terroristas, porque con ellos sí se puede negociar ( ¡ por supuesto que se puede negociar ! ) pero su sometimiento, rendición, disolución como banda armada, entrega de las armas y renuncia al proselitismo armado y a la violencia, todo ello con verificación militar absoluta y sin contemplación alguna.



¿Neochavismo? by torrijos
diciembre 18, 2012, 10:19 am
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Martes, 18 de diciembre del 2012 – Columna 390 – 388 palabras.

PLANETARIO

¿ Neochavismo ?

VICENTE TORRIJOS R.

Puesto que el mismo presidente venezolano se ha encargado de señalar a Nicolás Maduro como sucesor, es inevitable preguntarse si habrá estabilidad y continuidad en Venezuela más allá de Chávez.

Para no repetir la historia de Lenin, o Mao, Fidel Castro le enseñó a su discípulo amado que, antes de abandonar el poder, lo mejor era despejar la incertidumbre designando al continuador de la obra.

Pero, claro, consciente de la relación entre alcances y límites, Chávez, a diferencia de Fidel, no optó por su propio hermano, Adán, sino que se inclinó por el paciente y calculador expresidente de la Asamblea y excanciller de la República.

En términos prácticos, Maduro no solo ha sido suficientemente leal y tolerante sino que conoce bien las verdaderas dimensiones de la revolución bolivariana : tanto la interna como la externa.

De hecho, él se ha encargado con la misma devoción de ayudar a consolidar el Partido Socialista Unificado y la Alianza Bolivariana para las Américas.

Conoce perfectamente el papel de Nicaragua y Cuba en el proceso, pero también el de Ecuador y Bolivia, así como la importancia unificadora que tienen los macro proyectos de integración regional orientados por Caracas, es decir, la Unasur y la Celac.

Por otra parte, su innata condición reflexiva le permite entender que el PSUV, en tanto coalición, no funciona del mismo modo que el Partido Comunista Cubano y que se requiere de mucha moderación y paciencia para conservar el frágil equilibrio de poder en ausencia del bienamado comandante.

En resumen, Maduro sabe que bajo su liderazgo, Venezuela corre el riesgo de la atomización de los Balcanes, tal como sucedió cuando el mariscal Tito desapareció como amalgamador.

También sabe que, sin Chávez, el modelo de revolución militarizada al estilo cubano ya no es funcional ni deseable pues la oposición en Venezuela tiene sentido, organización y recursos suficientes.

Por último, sabe que cuando los chinos se vieron enfrascados en el mismo problema, supieron conservar la identidad revolucionaria pero modernizaron al país haciéndolo competitivo.

En definitiva, Maduro puede lograr con el almirante Molero una transición armoniosa hacia la democracia, o una polarización social desgastante y violenta.

Solo que para lograr semejante transición hay dos condiciones iniciales que son insoslayables : respetar cabalmente a la Mesa de Unidad Democrática y dejar de apoyar a organizaciones terroristas como las Farc y el Eln.



Renunciar a la reelección ahora by torrijos
diciembre 11, 2012, 1:02 pm
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Martes, 11 de diciembre del 2012 – Columna 389 – 356 palabras.

PLANETARIO

Renunciar a la reelección ahora

VICENTE TORRIJOS R.

Aunque las realidades son muy distintas, quiero evocar al presidente Lyndon B. Johnson cuando anunció, el 31 de marzo de 1968, que no se presentaría a la reelección.

Él había comprometido a su país en Vietnam pero, consciente de la complejidad del proceso, prefirió subordinar sus ambiciones personales a la defensa del interés nacional.

Dicho en otros términos, él se aseguró de que su legítima aspiración a ser reelegido no le nublara el juicio y no distorsionara la toma de decisiones en un asunto tan delicado para el futuro de la nación.

En vez de guiarse por las encuestas de opinión comprometiéndose con unas posturas que pudiesen resultar más populares que otras, Johnson estimó que era necesario preservar su independencia, objetividad y sindéresis para enfrentar al adversario.

Él, que había sumergido a su país en esa dinámica, supo reconocer cuánto estaba en riesgo si se obstinaba en hacerse reelegir alterando la realidad para acomodarla a las necesidades de su campaña, fijando plazos arbitrariamente y complaciendo a propios y extraños con tal de asegurarse los votos necesarios.

Con suficiente madurez y sensatez él entendió que un proceso tan delicado no podía negociarse en pocos meses, que el futuro de su país, sus empresas y su seguridad no podían someterse al vaivén de los sondeos, a las pujas intra e interpartidistas o, peor aún, a las condiciones y demandas de la contraparte.

Con la conciencia tranquila por haber honrado la obra y memoria de su mentor, Johnson sentía que los logros de su anhelada “Great Society” basados en la unidad nacional, la integración y los derechos civiles, se diluían ante los rigores que Vietnam le imponía a cada paso.

Así que decidió liberarse a sí mismo y liberar a la sociedad entera de todos aquellos factores y presiones que le hubiesen impedido concentrarse limpia y nítidamente en la conducción del problema.

Que es justamente lo que debería hacer ahora el presidente Santos antes de que su afán reeleccionista termine configurando el proceso con las Farc, moldeando los acuerdos ( que van a firmarse entre bombos y platillos), y reduciendo el interés nacional a su interés personal y partidista.



Los niños y el fallo by torrijos
diciembre 4, 2012, 12:59 pm
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Martes, 4 de diciembre del 2012 – Columna 388 – 442 palabras.

PLANETARIO

Los niños y el fallo

VICENTE TORRIJOS R.

Mis queridos Santiago, Valentina, Nico, Rafael, Nicolás, Mapa, Manuela, Juan, Natalia y Mateo :

Me alegra inmensamente que ustedes, siendo los niños de la familia, se hayan reunido de una u otra forma para preguntarme por qué vamos a perder buena parte de ese Mar Caribe que tantas veces hemos navegado juntos y qué podemos hacer para impedirlo.

En principio, debo decirles que se trata de lamentables errores del pasado pues al confiar excesivamente en la sapiencia de los jueces, varios gobernantes sometieron al país a un juicio a sabiendas de que lo estaban arriesgando todo y que podrían haberlo evitado si se hubieran mantenido firmes en la defensa de los bienes que los padres fundadores con tanto esfuerzo nos encomendaron.

Después está la falta de criterio y de coraje para enfrentar a nuestros adversarios. Vivimos en un vecindario en el que no todos se comportan de la manera respetuosa y honorable con que nosotros lo hemos hecho. Pero algunos dirigentes, impulsados por la ambición política, han preferido aliarse con ellos, negociar con ellos y complacerlos aún cuando siempre han sabido que se trata de gobiernos asociados al terrorismo y amenazantes para nuestra democracia e integridad territorial.

Por último, queridos míos, hay gobernantes y pensadores que a pesar de ser conscientes de las graves equivocaciones de los jueces y de lo injustas que son sus sentencias, se dejan dominar por el derrotismo entreguista que tantos males le ha causado a la patria a lo largo de su historia y renuncian con pasmosa frivolidad y ligereza a utilizar las herramientas que el propio sistema legal internacional ofrece para proteger nuestro legado.

Es por eso que les digo que no debemos temerle a desarrollar esta controversia en el mismísimo Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas donde ya no hay magistrados sino gobiernos aliados o contradictores con los que se puede negociar, polemizar y hasta acordar soluciones que, en todo caso, serán éticamente superiores a la de entregarles ahora y por pedazos la patria a los depredadores.

En resumen, mis queridos, a ustedes y a todos los colombianos nos esperan momentos muy difíciles pero tremendamente desafiantes porque si los gobernantes que hoy tenemos deciden acatar el fallo de buenas a primeras, firman un acuerdo con el pendenciero régimen sandinista y le entregan nuestras aguas a la Alianza Bolivariana, sencillamente tendrán que hacer lo mismo pocos meses más tarde con los despojos que nos queden, pues, más nos demoraremos en firmar ese convenio, que Nicaragua en instaurar una nueva demanda ante la Corte pidiendo que sus límites se amplíen casi hasta llegar a la Cartagena que ustedes tanto quieren.

Reciban todos mis abrazos y bendiciones,

V T R



Daltonismo by torrijos
noviembre 27, 2012, 8:36 am
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Martes, 27 de noviembre del 2012 – Columna 387 – 420 palabras.

PLANETARIO

Daltonismo

VICENTE TORRIJOS R.

El Gobierno habría preferido manejar los cinco grandes puntos de la negociación con las Farc sin necesidad de fijar límites más allá de los «principios» esbozados el 4 de septiembre.

Por eso, el enfoque basado en evidencias y pruebas de que la contraparte liberaría a los secuestrados, no secuestraría más, ni sembraría más minas, ni reclutaría menores, se modificó por otro basado en sensaciones y percepciones.

Y esas sensaciones ( subjetivas ) fueron las que llevaron al Presidente a sostener que era imposible » dejar pasar la oportunidad » de ponerle fin al conflicto.

Así que bajo la lógica negociadora del paquete completo ( » nada está acordado hasta que todo esté acordado » ) el Gobierno confió en que los plenipotenciarios de las Farc respetarían la agenda acordada inicialmente en La Habana.

Pero desde el mismo 6 de septiembre, durante su rueda de prensa en la Isla, la organización ilegal empezó a abrir desmesuradamente el abanico convirtiendo la dichosa agenda en papel mojado, en un simple esqueleto de referencia procedimental.

La situación fue agravándose mediante reportajes y declaraciones con que las Farc buscaban enunciar los verdaderos contenidos paralelos que iban a debatirse en la mesa.

Así que cuando el jefe de la delegación guerrillera llega al paroxismo en Oslo, al delegado colombiano no le queda otra alternativa que sentenciar : » El Estado no va a convertirse en rehén de este proceso. »

Y es a partir de ese instante que comienza la reflexión sobre los límites del diálogo con una organización terrorista curtida en el arte de combinar y dosificar la munición y la palabra, es decir, la negociación por efectos, aquella en la que no suelen ser expertos los gobiernos elegidos.

Puesto contra la pared, el Presidente comienza a hablar de » líneas rojas » y afirma repetidamente que sabe hasta dónde puede llegar exactamente con el diálogo.

Y así, forzado por las circunstancias y la habilidad de su oponente, el Gobierno menciona la Constitución del 91, el modelo económico y la doctrina militar. Incluso, el delegado colombiano proclama que » … No vamos a negociar concesiones de sociedad, ni vamos a negociar las políticas del Gobierno».

Entonces, ¿ cuáles serán las concesiones que verdaderamente piensa hacer el Ejecutivo, y de las que iremos enterándonos al compás que imponga su interlocutor político válido ?

Porque lo peor que puede pasarnos es seguir siendo víctimas del daltonismo político, ese curioso fenómeno que lleva a un gobernante a ver líneas verdes o rosadas cuando antes creía que eran rojas.



¿Nada se pierde? by torrijos
noviembre 20, 2012, 8:22 am
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Martes, 20 de noviembre del 2012 – Columna 386 – 411 palabras.

PLANETARIO

¿ Nada se pierde ?

VICENTE TORRIJOS R.

El Presidente anda muy preocupado últimamente por convencer a los ciudadanos de que si las Farc no se comportan, sencillamente él se levanta de la mesa y el país no habrá perdido nada.

Pero la realidad no es tan simple y lo que probablemente no ha calculado con precisión es que diferencia de otros momentos históricos, las Farc saben que ha llegado el momento de transformar ( no terminar ) el conflicto en Colombia gozando de su nueva y privilegiada condición de interlocutor político válido y refundador del Estado.

Transformar el conflicto significa suscribir acuerdos con un gobierno obsesionado por la idea de la «unidad» y la «reconstrucción» nacional para lograr así el propósito de acceder indirectamente al poder, o sea, sin necesidad de someterse a la voluntad popular en las urnas.

Dicho de otro modo, suscribir acuerdos significa conseguir que el Estado les conceda posiciones clave en la estructura del Estado ( y no solo elegibilidad ) para pasar de una vez por todas a cogobernar al país.

Cogobernar al país significa enquistarse en el poder sin renunciar a la violencia ni deponer las armas ( ya que solo «dejarían de usarlas» de un modo para usarlas en otro ), con lo cual, se habrán convertido, no en años, sino en pocos meses, en un verdadero Estado dentro del Estado.

Como Estado dentro del Estado, la organización armada ( legal ) contaría con sedes propias, células, movimientos, agitadores, activistas, cuadrillas, partido(s) político(s), comités de control social revolucionario, milicias enfocadas al proselitismo ( armado ), bandas para ejecutar misiones por encargo, funcionarios, dirigentes, ministros, candidatos, embajadas o ventanillas en el exterior, redes internacionales, misiones cooperantes del Alba y, por qué no, fórmula vicepresidencial para un Juan Manuel Santos que -ya sin Angelino-, podría dar de semejante modo la mejor muestra de «reconciliación nacional».

Expandiéndose de tal manera por dentro de un Estado con inmunodeficiencia adquirida, las energías de las Farc se enfocarían a consolidar ( por la razón – y – por la fuerza ) la transición de Colombia hacia el Socialismo del Siglo XXI y a estimular la ya proverbial pusilanimidad de la Cancillería para convertir al país en un socio más de la Alianza Bolivariana para las Américas.

En resumen, el proceso ha comenzado y las propias Farc tendrán que hacerlo difícil, costoso, plagado de espinas para que al final, exhaustos después de tanta perseverancia, paciencia y tesón, los colombianos podamos celebrar gloriosamente el triunfo inconmensurable de la paz.



Sí o No by torrijos
noviembre 13, 2012, 8:40 am
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Martes, 13 de noviembre del 2012 – Columna 385 – 420 palabras.

PLANETARIO

Sí o No

VICENTE TORRIJOS R.

Sin que haya pasado a mayores, la tensión producida por las elecciones noreteamericanas puso en evidencia la complejidad del sistema político de ese país pero también sus virtudes profundas.

Podría pensarse que el recuento de votos sin identificar y el mecanismo de elección indirecta por colegiales – en detrimento de la mayoría – hacen obsoleto todo este aparato.

Pero si se toma en cuenta que se trata de un sistema federal en el que cada Estado reclama su propio factor diferencial, el andamiaje tiene encanto aunque el el elegido termine con menos votos directos que su rival o puedan producirse empates – a dirimirse en Cámara y Senado – y tardanzas de más de un mes para saber quién presidirá la Unión.

Un modelo que se ve notablemente reforzado por el ejercicio del voto anticipado que puede emitirse varias semanas antes de la jornada final y que, muy pronto, tal vez, terminará siendo más copioso que el del «martes después del primer lunes de noviembre» cada cuatro años.

Sin embargo, estos vericuetos no son tan interesantes como los plebiscitos a los que cada Estado convoca en cada contienda por la presidencia y que en esta ocasión fueron nada menos que 176.

Por ejemplo, los puertorriqueños – que no tienen derecho a elegir al presidente pero tampoco pagan impuestos federales – decidieron ( 61 por ciento ) que no quieren ser independientes, ni seguir siendo un «Estado libre asociado», sino convertirse en el miembro número 51 de la Unión, una decisión que tardará en materializarse burocráticamente pero que tarde o temprano le agregará una estrella a la bandera.

Asimismo, Maine, Maryland y Washington votaron a favor del matrimonio homosexual, y éste último, junto a Colorado, quiere que se pueda ingerir marihuana libremente aunque el asunto tenga que resolverse en los tribunales porque chocan las leyes particulares y las nacionales.

Por supuesto, no todo es permisividad y en muchos casos la decisión tiende a preservar intactos los pilares de la convivencia, como en Massachusetts, que le dijo no a la eutanasia, o California, donde tres delitos criminales significan ahora cadena perpetua, y se mantiene la pena de muerte.

En resumen, una democracia abierta con múltiples variables y tecnicismos que la hacen altamente compleja pero al mismo tiempo armoniosa y dinámica, propia de una sociedad tan polifacética como la de los Estados Unidos.

Democracia, al fin y al cabo, basada en el pluralismo, en la libertad de elegir y, – ¿ obviamente ? – en la ausencia de todo tipo de proselitismo armado.



La verdadera línea roja by torrijos
noviembre 6, 2012, 1:39 pm
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Columna 384 – Martes, 6 de noviembre del 2012 – 429 palabras

PLANETARIO

La verdadera línea roja

VICENTE TORRIJOS R.

El presidente Santos dijo el otro día que tenía muy claro qué podía negociar con las Farc y qué no.

Aunque no las mencionó expresamente, declaró solemnemente que era consciente de las “líneas rojas” que no podía sobrepasar en el diálogo con los subversivos.

Al respecto, su ministro del Interior concretó que se trataba de la Constitución del 91, el modelo económico y la doctrina de las Fuerzas Militares.

Pero si la realidad fuese tan simple, no hubiese sido necesario emprender una negociación con los terroristas.

De hecho, mientras sostenía contactos secretos con ellos, el Presidente repitió hasta el cansancio cuáles eran las condiciones sin las cuales resultaba imposible dialogar con las Farc.

Pero luego, como por arte de magia, ignoró esas condiciones por completo cuando tuvo la revelación de que había llegado el momento oportuno para emprender el proceso.

Del mismo modo, Santos podría caer más adelante en daltonismo político e interpretar como verdes o amarillas las líneas que ahora ve fulgurantemente rojas.

Tan orgulloso como vive de su pragmatismo, no desperdicia momento alguno para condenar a las Farc por el terrorismo en el que sigue ( y seguirá ) incurriendo, al tiempo que su ministro de Defensa, en perfecto acompasamiento, sostiene que ningún crimen quedará impune. Pero solo son palabras.

De igual modo, él ha constatado que todo este clima de esperanza e ilusión en Oslo y en La Habana le reportó 8 ó 10 puntos en materia de popularidad consiguiendo neutralizar la caída libre en la que andaba.

Pero ni un punto más. Por el contrario, a medida que el sector de las Farc comprometido en la negociación comience el toma-y-dame en la mesa y fuera de ella, ese porcentaje podría diluirse nuevamente pues tan solo el 19 por ciento de los encuestados quiere ver a la guerrilla ocupando posiciones de poder y el 54 por ciento se opone a cualquier tufillo de impunidad so pretexto de “la paz”.

En pocas palabras, un Presidente que se ha trazado el objetivo de ponerle fin al conflicto en este país no puede estar pensando en su propio futuro electoral ni en someterse al imperio de las encuestas para mejorar el escenario de su propia relección.

Tal como sucedió con Lyndon B. Johnson a finales de los sesenta en los Estados Unidos, el presidente Santos debería renunciar desde ahora a su reelección para que los ciudadanos podamos creer plenamente en sus líneas rojas, en que no podrá en riesgo el interés nacional y en que su apetito electoral no marcará el ritmo de las negociaciones ni de concesión alguna.